Los “vampiros emocionales” son personas que, consciente o inconscientemente, agotan tu energía emocional. Aquí te contamos cómo reconocerlos y cómo protegerte de sus efectos.
En ocasiones, después de un encuentro con alguien, sentimos que nuestra energía se ha agotado completamente, como si hubiéramos dado todo sin recibir nada a cambio. Esto podría ser una señal de que hemos estado frente a un "vampiro emocional", un término que describe a aquellas personas que drenan la energía de los demás, especialmente cuando buscan atención y validación constante.
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La psicóloga Suzy Reading y la periodista Radhika Sanghani explican que los "vampiros emocionales" suelen tener un patrón de comportamiento específico: necesitan atención y validación todo el tiempo. En las conversaciones, se centran únicamente en sus propios problemas, rara vez preguntan sobre el bienestar de los demás y muestran escaso interés por lo que ocurre a su alrededor. Además, tienden a culpar a los demás por sus dificultades, evitan asumir responsabilidades y carecen de empatía, lo que genera un impacto negativo en quienes los rodean.
Con el tiempo, estos vínculos no solo se vuelven cansados, sino que también pueden afectar la autoestima de quienes los sostienen. Si estas relaciones se vuelven destructivas, es completamente válido tomar distancia o incluso cortar el contacto.
Tres claves para lidiar con un "vampiro emocional"
1. Hablar con claridad sobre lo que incomoda
Es importante ser directo, pero de manera cuidadosa. En lugar de acusar o atacar, es más efectivo describir cómo sus acciones te afectan. Por ejemplo, puedes decir: “Cada vez que hablamos de esto, me siento agotado/a…”. Si la otra persona no muestra disposición a cambiar, tal vez sea hora de priorizar tu cuidado personal.
2. Expresar lo que se siente en la relación
Dar un paso más allá en la conversación implica hablar sobre cómo te afecta la relación. Un ejemplo podría ser: “Cuando nos vemos, siento que no hay espacio para mí. No me preguntas cómo estoy ni me escuchas.” Si la persona reacciona de manera defensiva o evita la conversación, esto podría ser una señal de que la relación no está en un buen lugar.
3. Poner y mantener límites firmes
Si, a pesar de los esfuerzos por comunicarte, la situación no mejora, es momento de proteger tu energía. Algunas formas de hacerlo incluyen:
Aunque este tipo de medidas puedan parecer egoístas, en realidad son formas de autocuidado. Reconocer cuándo una relación ha dejado de ser saludable y actuar en consecuencia es una forma legítima de protegerse.