Este sábado se realiza una nueva peregrinación al santuario ubicado en la localidad de Villa Silípica.
La jornada de este sábado es especial para los fieles santiagueños por la concreción de la octava peregrinación al santuario de la santa santiagueña en Villa Sílipica, y un año más el grupo de servidores solidarios estará acompañando a los devotos que caminarán.
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El grupo Yesi Ángeles Solidarios lleva 20 años en este servicio, habiéndose iniciado en las peregrinaciones al santuario de Mailín, y estuvo en cada una de las caminatas a Silípica.
Olga Castillo, una de las servidoras, asegura que el ejemplo de vida de Mama Antula es el que los motiva a seguir adelante con esta misión que les toca.
"En la parroquia de Mailín, cuando el padre Monchi Tenti nos llevó a conocer el templete de Mama Antula, comencé a conocer más sobre ella, me enamoré de su vida, y es el norte que tenemos en el grupo de servidores Yesi Ángeles Peregrinos. Es nuestro ejemplo, su entrega, su andar, su caminar, y eso nos impulsa a atender a los peregrinos, a acompañarlos. El servir a los peregrinos nos hace sentir esa misión que tenía Mama Antula de llevar a Jesús donde no lo conocían y a acompañar a quienes caminan hacia él", relató Olga.
Dijo que Mama Antula es la guía del grupo en todo momento, por su sencillez, su humildad, por haber sido incansable en su misión. “Eso es la que nos moviliza a seguir en el camino de Dios. Ya vamos a cumplir 20 años realizando esta misión, y algo muy importante para nosotros", precisó.
Una clara expresión de confianza en Dios
La Peregrinación a los santuarios es una clara expresión de confianza en Dios, porque allí encontramos el tierno amor del Padre que tiene misericordia de todos. (Papa Francisco).
En la Peregrinación reconocemos al Pueblo de Dios en camino. Allí el creyente celebra el gozo de sentirse inmerso en medio de tantos hermanos, caminando juntos hacia Dios que los espera. Por eso, es una profunda experiencia eclesial, simboliza su caminar en la historia hacia la consumación del Reino de Dios.
La decisión de partir hacia el santuario ya es una confesión de fe, el caminar es un verdadero canto de esperanza y la llegada es un encuentro de amor. Cada peregrino experimenta en su corazón el llamado de Dios que quiere encontrarse con él para bendecir su vida y colmarle el corazón de felicidad.
Peregrinar es un acto de fe, incluye una espiritualidad y mística especial, porque el encuentro con Dios nos ayuda a tomar conciencia de la necesidad que tenemos, de su cercanía, de su amor.