El Chango se escapó mano a mano, se sacó la marca de encima y tras la atajada de Armani marcó para desatar la locura Xeneize.
El reloj marcaba los 46 minutos del primer tiempo cuando la Bombonera explotó. Una pelota larga, una gran peinada de Milton Giménez y, detrás de todo, la aparición más esperada: Chango Zeballos para convertir su gol soñado y darle el 1-0 a Boca ante River.
En velocidad, el santiagueño controló con precisión, encaró decidido, desbordó a Rivero, que quedó a contrapié, y definió cruzado. Armani alcanzó a desviarla, pero el rebote volvió a sus pies. Sin dudar, la empujó con el arco vacío y desató la locura y su locura.
El grito fue un desahogo total. Zeballos salió corriendo, se subió al alambrado de la platea baja y lo gritó como un hincha más, con el alma, con esa mezcla de alegría y rabia contenida. Era su primer superclásico como titular, y el sueño se hacía realidad: marcar en la Bombonera, abrir el partido más esperado, poner a Boca arriba justo antes del descanso.