Durante la Navidad, millones de hogares decoran cada rincón con luces brillantes, árboles, pesebres y una variedad de adornos que transmiten el espíritu festivo. Sin embargo, esta tradición tan apreciada puede provocar un inconveniente inesperado: la interferencia en la señal WiFi. Muchos usuarios desconocen que el exceso de decoración navideña puede ralentizar la conexión a internet o generar cortes en la señal.
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El problema suele originarse en el árbol de Navidad, sobre todo en los juegos de luces LED y en los elementos metálicos ubicados cerca del router. El cableado y los pequeños circuitos eléctricos que controlan el parpadeo generan ruido electromagnético que interfiere con las ondas de radio utilizadas por la conexión inalámbrica.
Para impedir que el ambiente festivo afecte la experiencia digital, conviene optimizar la ubicación del router. Resulta útil colocarlo lejos de luces, adornos metálicos y del propio árbol. Además, quienes cuenten con un router de doble banda pueden intentar conectar sus dispositivos a la red de 5 GHz, menos vulnerable a este tipo de interferencias. De ese modo, es posible disfrutar de las fiestas sin perder estabilidad ni velocidad en la conexión.
Qué impacto tiene dejar el pesebre cerca del router de Wifi
Dejar el pesebre u otros adornos navideños cerca del router de WiFi genera un impacto negativo en la calidad de la conexión. Aunque parezca algo inofensivo, los materiales y componentes eléctricos propios de estas decoraciones actúan como barrera física y fuente de interferencia electromagnética. El resultado suele sentirse en una señal más débil, con navegación lenta e inestable.
Muchos pesebres grandes están hechos con madera, yeso, cerámica o metal. Ubicar estas estructuras entre el router y los dispositivos obliga a que las ondas de radio atraviesen materiales densos. Esto reduce la fuerza y el alcance de la señal, con efectos más visibles en la banda de 5 GHz, que ofrece más velocidad pero menos capacidad para penetrar objetos sólidos.
Las luces navideñas representan una causa frecuente de interferencia. El cableado y los pequeños transformadores de las luces LED generan ruido electromagnético muy cercano a las frecuencias del WiFi, sobre todo en la banda de 2.4 GHz. Esa interferencia dificulta que el router distinga la señal útil, lo que deriva en pérdida de datos y conexiones inestables durante el uso cotidiano.
Muchos adornos incluyen componentes metálicos en su estructura o en los cables decorativos. El metal bloquea y refleja señales de radio, creando rebotes e interferencias que reducen la cobertura. En algunos casos, estos objetos pueden funcionar como una especie de barrera parcial, afectando la estabilidad de la conexión inalámbrica en toda la zona cercana.
La consecuencia directa de esta combinación de obstáculos es una degradación general de la red. Se observa menor velocidad de descarga y subida, aumento en la latencia y cortes ocasionales. Esto perjudica la experiencia al ver contenido en streaming, realizar videollamadas o jugar en línea, sobre todo cuando varios dispositivos usan la red al mismo tiempo.
La solución resulta sencilla y no implica renunciar al espíritu navideño. Conviene ubicar el router en un lugar alto y central, lejos de decoraciones con luces, cables o materiales densos. A veces, bastan uno o dos metros para evitar interferencias y recuperar un funcionamiento estable. De este modo, se pueden disfrutar las fiestas sin comprometer el rendimiento de la conexión a internet