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Impresionante accidente: paracaidista quedó colgando de la cola de un avión

Toda la secuencia quedó grabada por las cámaras de la aeronave y del deportista. Un salto de rutina se transformó en una escena límite. Aterrizaje de emergencia.

Hoy 13:44

Un salto en paracaídas de rutina en Tully, Queensland, Australia, causó un momento de máxima tensión el pasado 20 de septiembre, cerca de las 10:00 horas, cuando uno de los 17 paracaidistas quedó atrapado bajo la cola del avión. Si bien sucedió hace poco menos de tres meses, en las últimas horas el video se hizo viral.

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El incidente ocurrió durante el tercer salto programado del día, cuando el grupo se preparaba para una formación aérea a 15.000 pies, después de despegar del aeropuerto local a bordo de un Cessna Caravan.

El suceso involucró a un experimentado saltador cuyo paracaídas de reserva se abrió antes de tiempo y se enredó en la estructura de la aeronave, mientras sus compañeros y el piloto reaccionaron ante la peligrosa emergencia.

Según el informe de la Oficina Australiana de Seguridad del Transporte (ATSB), el inicio del salto transcurrió con normalidad. En el momento de la señal para lanzarse, el paracaidista se aproximó a la puerta del avión. Apenas cruzó el umbral, el asa de su paracaídas de reserva se enganchó en un alerón, lo que provocó la apertura accidental del paracaídas.


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De acuerdo con Daily Mail, la inusual fuerza arrastró al saltador hacia la parte trasera y lo mantuvo suspendido bajo la cola, mientras el operador de la cámara salió por la puerta en caída libre. Según la ATSB, varios compañeros presenciaron cómo el accidentado golpeaba el estabilizador izquierdo, lo que causó lesiones en sus piernas y dañó gravemente la aeronave.

Uno de los aspectos más críticos, según ATSB, fue la rapidez y sangre fría del saltador. Utilizó un cuchillo especial para cortar once sogas del paracaídas enredado en menos de un minuto, recuperando así su libertad. Durante esos instantes, el piloto había percibido vibraciones inusuales y pérdida de velocidad, hasta que recibió aviso sobre el paracaidista en apuros.

13 miembros del grupo saltaron del avión mientras los dos restantes y el piloto seguían la situación desde la puerta. Solo la experiencia del piloto permitió mantener el control de la aeronave, que se encontraba con daños en la cola y un fragmento del paracaídas colgando.

Maniobras de emergencia y revisión de protocolos de seguridad

La secuencia de hechos reveló la importancia de la preparación y los protocolos de seguridad. El experimentado paracaidista, con más de dos mil saltos realizados, cayó en libertad tras liberarse y desplegó su paracaídas principal. Aunque este también se enredó parcialmente, logró desenrollarlo a tiempo y controló el descenso, tocando tierra con cortes y contusiones leves en las piernas.

De acuerdo con Angus Mitchell, comisionado jefe de la ATSB, el piloto evaluó el estado de la aeronave después de la caída de todos los paracaidistas y descubrió daño severo en la cola, que reducía el control sobre el aparato. Sin embargo, con destreza, pudo nivelar el avión y aterrizar de emergencia en Tully.

La investigación resaltó que la correcta identificación de los controles y la comunicación entre la tripulación y los saltadores resulta crucial. El piloto declaró a la torre de control su situación de emergencia con un aviso de mayday, notificando que tenía control limitado de la aeronave.

El aterrizaje de emergencia, pese a las adversidades, resultó exitoso y sin víctimas más allá de la lesión menor del primer paracaidista. Según confirmaron las autoridades, el resto del grupo y la tripulación desembarcaron ilesos.

La ATSB subrayó que los paracaidistas deben extremar precauciones respecto a la colocación de los arneses y el manejo de las asas, especialmente en el momento de abordar y salir de la aeronave. El uso de un cuchillo especial, aunque no es requisito obligatorio, fue una herramienta fundamental para resolver la emergencia y evitar desenlaces graves.

De acuerdo con el informe difundido tras el incidente, el club organizador Far North Freefall Club decidió actualizar sus protocolos: ahora todos los saltadores deben portar cuchillo y el personal sigue una nueva lista de chequeo de seguridad. Además, se reforzaron las advertencias sobre el uso de oxígeno y los procedimientos para los saltos múltiples.

La rápida respuesta, la experiencia de los protagonistas y la revisión inmediata de los protocolos evitaron una tragedia mayor. El accidente se utiliza ahora como ejemplo de capacitación, tanto para paracaidistas como para pilotos, en la región y en la industria internacional del paracaidismo.

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