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Por qué conviene colocar dientes de ajo en la tierra de tus plantas

Este truco natural ayuda a proteger el jardín y es fácil de aplicar en macetas y canteros.

Hoy 11:22

En el mundo de la jardinería, cada vez son más los que buscan alternativas naturales para cuidar sus plantas sin recurrir a pesticidas industriales. Uno de los trucos más simples y efectivos consiste en colocar dientes de ajo alrededor de los tallos, una práctica que aprovecha las propiedades naturales de este ingrediente tan común en la cocina.

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El ajo es conocido por su aroma intenso y por sus compuestos con acción antibacteriana y antifúngica. Al entrar en contacto con la humedad del suelo, libera sustancias que actúan como una barrera natural contra insectos y microorganismos que suelen afectar el crecimiento de las plantas.

Cuando se dejan dientes de ajo en la tierra, se genera un entorno menos atractivo para plagas comunes del jardín, como pulgones, hormigas, mosquitos y ciertos tipos de hongos. El olor y los compuestos que se liberan durante su descomposición funcionan como un repelente natural, sin dañar a la planta ni al suelo.

Además de ahuyentar insectos, el ajo puede prevenir enfermedades fúngicas, especialmente en ambientes húmedos, y colaborar con la salud general del sustrato, ya que aporta minerales que favorecen el desarrollo radicular.

El secreto está en la alicina, un compuesto sulfurado que se libera cuando el ajo se rompe o entra en contacto con la humedad. Esta sustancia resulta desagradable para muchos insectos y microorganismos, por lo que ayuda a mantenerlos alejados de manera natural.

A diferencia de los pesticidas químicos, este método no contamina el suelo, no afecta a las plantas ni representa un riesgo para mascotas o personas, lo que lo convierte en una opción ideal para huertas y jardines hogareños.

Para aprovechar sus beneficios, se recomienda:

  • Enterrar dientes de ajo enteros y sin pelar alrededor del tallo de la planta, a unos pocos centímetros de profundidad.
  • Distribuirlos de forma pareja, sin colocarlos demasiado cerca del tronco.
  • Renovarlos cada dos o tres semanas, ya que con el tiempo pierden efectividad.

Este truco es especialmente útil en huertas, macetas y canteros, y funciona muy bien en cultivos como tomates, rosas, frutillas y plantas ornamentales, que suelen ser más vulnerables a las plagas.

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