El decenio transcurrido desde la COP21 ha sido un período de éxito y ambición. Pero también ha sido un tiempo de tensiones internacionales, cuestionamiento de la ciencia, división entre países e intentos de anular el ideal universal de libertad y fraternidad entre los pueblos.
Por Emmanuel Macron
Presidente de Francia
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Han pasado diez años desde la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP21) de París, en la que 195 países asumieron el compromiso histórico de trabajar juntos para mantener el aumento a largo plazo de la temperatura mundial muy por debajo de los 2 °C respecto de los niveles preindustriales, y continuar esfuerzos en pos de limitarlo a no más de 1,5 °C. Francia ha hecho todo de su parte para el éxito de este gran momento de cooperación y solidaridad universal. Un decenio después, podemos estar orgullosos de lo lejos que hemos llegado.
En Francia, hemos reducido nuestra emisión de gases de efecto invernadero un 30% en comparación con 1990 (y 20% entre 2017 y 2024). De menos de 1% de reducción anual de las emisiones antes de 2017, hemos pasado a una media anual de más del 2% entre 2017 y 2021, y más del 4% entre 2022 y 2024. Nos planteamos el objetivo de llegar a una reducción del 50% en 2030, lo que implica eliminar de la atmósfera 270 millones de toneladas de dióxido de carbono cada año.
Estos resultados son el logro colectivo de Francia: el éxito de una estrategia ecológica única que combina progreso y protección y nos permite reducir las emisiones y el desempleo al mismo tiempo. Nunca imponemos una regla sin ofrecer una alternativa accesible. Nos negamos a sacrificar competitividad. Apuntamos a combinar soberanía, empleo y descarbonización.
¿De qué manera? Con opciones claras. He puesto la ecología en el centro de todas nuestras políticas económicas, de planificación, energéticas, agrícolas e industriales. También he dado al primer ministro responsabilidad directa por la planificación ecológica y energética. Un buen ejemplo es nuestra nueva estrategia nacional de descarbonización, una hoja de ruta hacia la neutralidad de carbono que orienta todas nuestras políticas.
Nos basamos en seis principios esenciales:
A través de nuestra ley de programación de la investigación y del programa France 2030, hemos financiado investigaciones en temas muy concretos y cientos de proyectos relacionados con el cambio climático en una variedad de campos que van de los pequeños reactores nucleares modulares y la producción descarbonizada de hidrógeno a los combustibles sostenibles y la gestión del agua. En momentos en que las voces de la ciencia son blanco de cuestionamientos, no dejaremos de acelerar nuestros trabajos en el área y de atraer a los mejores investigadores con nuestros programas Choose France for Science.
Tras un inédito proceso de consulta y planificación, hemos identificado zonas para la construcción de parques eólicos marinos de aquí a 2050. Hemos relanzado el sector nuclear, con la puesta en marcha del proceso de financiación y construcción de seis nuevos reactores EPR2, sin olvidar el desarrollo de pequeños reactores para la producción de calor. Estamos construyendo una industria energética soberana, y vamos a cerrar o reconvertir las últimas centrales eléctricas de carbón con plazo en 2027.
Nuestras industrias verdes están creando empleo en todas las regiones de Francia, y es aquí donde planeamos fabricar vehículos eléctricos, baterías, bombas de calor y paneles solares.
Este esfuerzo también debemos continuarlo como europeos: no dejar de simplificar, innovar y proteger estas industrias contra la competencia desleal. Confío en que los próximos anuncios de la Comisión Europea mostrarán una aceleración en esta dirección, con una auténtica preferencia europea.
Esta ambición de progreso demanda atención a la igualdad y al poder adquisitivo. Nuestro programa de arrendamiento social permitió a 50 000 hogares de bajos ingresos adquirir un vehículo nuevo en 2024 por menos de 100 euros al mes. A través de MaPrimeRénov’ y del programa de certificados de ahorro energético, convertimos la transición en algo accesible.
En 2017 pusimos en marcha la Cumbre One Planet para crear coaliciones intersectoriales. Desde entonces, se lanzaron cincuenta iniciativas concretas. Esto permitió la aprobación del Marco Global de Diversidad Biológica de Kunming-Montreal, el Tratado de Alta Mar, y la movilización de miles de millones de euros para combatir la contaminación por plásticos y proteger la biodiversidad.
Diez años después de la COP21, Francia fue sede de la Conferencia de la ONU sobre los Océanos. Apoyamos las asociaciones para una transición energética justa y promovemos soluciones de financiación innovadoras, mensaje llevado a la COP30 de Belém.
El decenio transcurrido desde la COP21 ha sido un período de éxito y ambición, pero también de tensiones internacionales y cuestionamiento de la ciencia. Como siempre, Francia dará todo de sí en la lucha por el clima y el planeta, guiada por el respeto a la ciencia, la ambición industrial, el progreso, la solidaridad y el liderazgo europeo.