De acuerdo al Feng Shui, este gesto activa la protección energética del hogar y marca el inicio de un ciclo de equilibrio y bienestar
Durante la Navidad, los adornos del hogar no solo aportan belleza, sino que también pueden influir en la energía de los espacios. Uno de los elementos más simbólicos y antiguos es la campana con una cinta roja en la puerta, que según el Feng Shui, va mucho más allá de la decoración: renueva el flujo de energía y protege el hogar.
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En esta filosofía, las campanas son herramientas que ayudan a despejar vibraciones densas y movilizar energía estancada. Su sonido, aunque sea leve o accidental, contribuye a mantener el Chi, la energía vital, en constante movimiento. Por eso se recomienda colocarlas en zonas de tránsito o cerca de aberturas.
El color rojo, por su parte, es altamente simbólico: representa protección, vitalidad, celebración y buena fortuna. Al combinarlo con la campana, se crea un símbolo doble de resguardo energético, que actúa como un “filtro” para evitar que entren al hogar energías no deseadas.
La entrada de la casa es un punto clave para la circulación de energía, especialmente durante la Navidad, cuando las emociones y la actividad en el hogar aumentan. Colocar la campana en la puerta principal permite que el movimiento natural al abrir o cerrar la puerta genere un sonido suave, activando el flujo de energía y promoviendo la armonía.
Se recomienda que la campana sea de un material que produzca un sonido claro y liviano, y que la cinta roja esté visible y bien atada. Renovarla cada año simboliza el cierre de un ciclo y la apertura de uno nuevo, manteniendo el Chi actualizado.
Para amplificar los beneficios de la campana: