El sistema entró en servicio en el país aliado de Moscú en una medida para demostrar capacidad para atacar objetivos en toda Europa.
El sistema de misiles hipersónicos rusos Oreshnik, con capacidad nuclear, entró en servicio activo en Bielorrusia, aliado del Kremlin, anunció el Ministerio de Defensa de Rusia, una medida destinada a aumentar la capacidad de Moscú para atacar objetivos en toda Europa en caso de una guerra, en medio de una fase crucial de las difíciles negociaciones por un plan de paz.
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Las autoridades rusas difundieron imágenes que muestran los vehículos de combate del sistema balístico de alcance intermedio mientras realizan maniobras en zonas boscosas.
En ellas se pueden ver cómo tropas especializadas ocultan los lanzadores móviles con redes de camuflaje.
Este despliegue militar surge poco después de que el Kremlin denunciara un ataque con 91 drones contra una de las residencias oficiales de Vladimir Putin en la región de Nóvgorod.

El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, afirmó que la defensa aérea destruyó la totalidad de los dispositivos no tripulados, pero calificó el evento como un “ataque terrorista” que obliga a Moscú a revisar su postura en las mesas de negociación.
Aunque el presidente ucraniano Volodimir Zelensky negó la autoría y definió la acusación como una maniobra para justificar futuras agresiones, el incidente enturbió el clima de paz que impulsa Estados Unidos.
“Ha pasado casi un día y Rusia aún no ha proporcionado pruebas plausibles de sus acusaciones sobre el supuesto ‘ataque de Ucrania a la residencia de Putin’”, aseguró el ministro de Relaciones Exterioresucraniano, Andrii Sibiga, en la red social X. “Y no lo harán. Porque no hay ninguna. No se produjo ningún ataque de ese tipo”, enfatizó.
También lamentó las condenas del supuesto ataque por parte de Emiratos Árabes Unidos, India y Pakistán que, en su opinión, “socavan el proceso de paz constructivo que actualmente avanza”. “Reacciones como estas ante las afirmaciones manipuladoras e infundadas de Rusia solo sirven a la propaganda rusa y animan a Moscú a cometer más atrocidades y mentiras”, añadió.
El misil Oreshnik
El Oreshnik, cuyo nombre en ruso significa “árbol de avellana”, es una pieza central en la nueva estrategia de disuasión del Kremlin.
Putin presume que este proyectil es imposible de interceptar para cualquier sistema de defensa actual. Sus ojivas caen hacia los objetivos a una velocidad de Mach 10.
Según el líder ruso, un ataque con varias de estas unidades en su versión convencional tiene un efecto destructivo comparable a un ataque nuclear. Además, advirtió a Occidente que Moscú podría usarlo contra los aliados de Ucrania en la OTAN que han permitido a Kiev usar sus misiles de mayor alcance para atacar en suelo ruso.
El alcance del sistema llega a los 5000 kilómetros. Los medios estatales rusos destacan la rapidez de su respuesta: el misil requiere solo 11 minutos para impactar en una base aérea de Polonia y 17 minutos para alcanzar el cuartel general de la OTAN en Bruselas.
Una característica crítica del arma es la incertidumbre que genera, ya que no existe forma de determinar si porta una ojiva nuclear o convencional hasta el momento en que golpea su objetivo.
Rusia probó por primera vez una versión con armas convencionales del Oreshnik para atacar una fábrica ucraniana en noviembre de 2024.
Bielorrusia bajo el paraguas nuclear
El presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, aliado estrecho de Putin, anunció que su país recibirá hasta diez sistemas de este tipo.
Analistas occidentales sitúan la ubicación de los misiles y sus lanzadores en una antigua base aérea en el este de la nación vecina.
Putin dijo a principios de diciembre que el Oreshnik entraría en servicio este mes. Realizó la declaración en una reunión con altos cargos militares del país en la que advirtió que Moscú buscará ampliar sus avances en Ucrania si Kiev y sus aliados occidentales rechazan las demandas del Kremlin en las conversaciones de paz.
Putin aclaró que, si bien Rusia mantiene el control de las armas, permite que Minsk participe en la selección de los objetivos.
Este movimiento refuerza la dependencia militar de Bielorrusia, país que ya alberga varias decenas de armas nucleares tácticas rusas. La reciente actualización de la doctrina nuclear rusa coloca formalmente a Bielorrusia bajo la protección del arsenal atómico de Moscú.
Lukashenko ha gobernado el país de 9,5 millones de habitantes con mano de hierro desde hace más de tres décadas. Su gobierno fue sancionado repetidamente por Occidente por reprimir los derechos humanos y por permitir que Moscú use su territorio para la invasión de Ucrania. La líder opositora bielorrusa Sviatlana Tsikhanouskaya señaló que el despliegue del Oreshnik en Bielorrusia agrava la dependencia militar y política del país respecto al Kremlin.
Negociaciones
La activación del Oreshnik coincide con la intensa actividad diplomática de Donald Trump para frenar la guerra, a casi cuatro años de la invasión rusa a Ucrania.
El presidente de Estados Unidos recibió a Zelensky en Florida el domingo y afirmó que el acuerdo de paz tiene un avance del 95%. Sin embargo, persisten desacuerdos sobre puntos clave como el destino del Donbass, región donde Rusia controla casi el 90% del territorio, y la administración de la central nuclear de Zaporiyia.
Mientras Trump propone una zona económica libre, Zelensky insiste en la necesidad de garantías de seguridad robustas para evitar futuras agresiones de parte de Rusia.
El líder ucraniano solicita un compromiso de Estados Unidos por un periodo de 50 años, pero la oferta de Washington se limita por ahora a 15 años.
El despliegue del Oreshnik sirve así como un recordatorio de la fuerza militar de Rusia mientras las partes intentan definir el mapa final del conflicto.
Este sistema balístico marca el fin de la prohibición de armas de alcance intermedio que existió hasta 2019, cuando Washington y Moscú abandonaron un tratado de la era soviética.