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El fútbol y su visión a futuro: las reglas que se discuten rumbo a 2026

Mientras el calendario avanza hacia el próximo Mundial, el IFAB, junto a FIFA, trabaja en una serie de ajustes reglamentarios que podrían modificar la dinámica del juego sin alterar su esencia

Hoy 10:05

El fútbol internacional no solo vive el vértigo de la competencia diaria, sino que ya proyecta su futuro inmediato. El 2026 aparece en el horizonte como un año bisagra, no únicamente por la disputa de la Copa del Mundo, sino también por las decisiones que se tomarán en materia reglamentaria desde el International Football Association Board (IFAB), el organismo encargado de custodiar y actualizar las Reglas de Juego, con participación directa de FIFA.

En un escenario donde el juego es cada vez más rápido, exigente y atravesado por la tecnología, el foco de IFAB está puesto en mejorar la aplicación de las normas sin desvirtuar la identidad del deporte. El objetivo central no es cambiar el fútbol, sino ordenarlo, hacerlo más comprensible y proteger su credibilidad.

Las reuniones clave que marcarán el rumbo del reglamento del fútbol

El calendario del IFAB para 2026 contempla dos encuentros decisivos. El primero será la Annual Business Meeting, programada para enero en Londres, una reunión de perfil técnico y estratégico. Allí se evaluarán pruebas realizadas durante la temporada, se analizarán posibles ajustes y se delinearán las propuestas que podrían llegar a votación. No habrá decisiones formales, pero sí se definirá el camino a seguir.

La segunda cita será la Annual General Meeting (AGM), prevista para febrero en Gales. En esa asamblea se votarán oficialmente los cambios que podrán incorporarse a las Reglas de Juego en los próximos ciclos. Ambos encuentros tendrán impacto directo en la recta final de preparación rumbo al Mundial 2026.

Tiempo de juego y control del ritmo

Tras la aprobación del límite de ocho segundos para que el arquero retenga el balón con las manos, el debate se profundizó en torno al tiempo efectivo de juego. IFAB analiza mecanismos de control más visibles, señales arbitrales más claras y sanciones simples y pedagógicas, que eviten discusiones innecesarias.

La intención es clara: jugar más y protestar menos. Casos reiterados de demoras sistemáticas, que afectan el ritmo y la autoridad arbitral, están en el centro del análisis, con la búsqueda de sanciones rápidas y fáciles de interpretar para todos los actores.

Capitanes, árbitros y orden comunicacional

Otro eje relevante es reforzar el principio de que solo el capitán pueda dialogar con el árbitro en situaciones puntuales. Esta medida apunta a ordenar la comunicación, reducir protestas colectivas y fortalecer la autoridad arbitral sin recurrir de manera constante a tarjetas.

La idea es simple: menos jugadores rodeando al juez, más claridad, menor tensión y mayor control emocional dentro del campo. No se busca limitar el juego, sino ordenar el vínculo entre árbitros y futbolistas.

VAR: debates que siguen abiertos

El VAR continúa siendo uno de los temas más sensibles. IFAB mantiene en análisis la posibilidad de intervenir en segundas tarjetas amarillas, la unificación de criterios entre competiciones y el impacto real de la tecnología en la fluidez del juego.

Una segunda amonestación errónea puede definir un partido, pero el desafío es evitar que el VAR se convierta en un árbitro permanente. Por ahora, no hay consenso, aunque el tema seguirá presente durante todo 2026.

Más transparencia y tecnología aplicada

También continúan las pruebas para que los árbitros expliquen públicamente las decisiones tomadas con asistencia del VAR, especialmente en torneos de alto perfil. Este sistema, ya implementado en algunas competiciones incluido el fútbol argentino, busca educar al público, reducir suspicacias y mejorar la percepción del fallo, sin modificar la decisión final.

En paralelo, IFAB y FIFA evalúan herramientas como las cámaras corporales en árbitros y nuevos recursos tecnológicos con fines formativos y educativos. Por ahora, el énfasis está puesto en la capacitación, no en la exposición mediática ni en el control disciplinario.

Un equilibrio delicado

Desde la mirada arbitral, el debate actual no pretende reinventar las reglas, sino optimizar su aplicación, fortalecer la autoridad legítima del árbitro y acompañar la evolución del fútbol moderno. El gran desafío será sostener el equilibrio entre tecnología y criterio, intervención y fluidez, control y credibilidad.

El camino hacia 2026 no se define únicamente dentro de la cancha. También se construye en las mesas del IFAB, donde cada ajuste reglamentario busca responder a una pregunta central: cómo proteger el juego sin perder su esencia. Las decisiones que se adopten marcarán no solo el próximo Mundial, sino el modelo de arbitraje del fútbol en los años por venir.