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Mundo

Francisco arengó a los jóvenes: "No escucho, griten fuerte"

El estilo descontracturado del papa argentino sigue dando que hablar. La prensa europea destaca que por primera vez un pontífice interactúa con la multitud.

22/04/2013

La ocasión era de rutina: la oración del domingo al mediodía en la Plaza San Pedro. Desde su ventana, Francisco notó que, entre la numerosa multitud reunida –unas cien mil personas de acuerdo con el Corriere della Sera-, había muchos jóvenes.

“Hay muchos jóvenes hoy aquí en la plaza”, dijo el Papa, que, en ese momento, estaba hablando de la Jornada de las vocaciones.

Y entonces le vinieron ganas de entablar un diálogo con ellos: “Son muchos ustedes, ¿no? Se ve, se ve que son muchos aquí. Quería preguntarles: ¿Alguna vez han sentido la voz del Señor que los invitaba a seguirlo de más cerca? ¿La han sentido?”

Entonces, desde varios puntos de la plaza se escucharon algunos “sí”. Pero, dice el Corriere, “a Francisco le deben haber parecido débiles”. Fue entonces cuando, llevándose la mano a la oreja, dijo: “No, no, no escucho, griten más fuerte”. Llegó entonces un “síiiiiii” mucho más intenso y el Papa “con sonrisa cómplice”, replicó: “¿Piensan eso? ¿Están de acuerdo?”

Más adelante, dice el Corriere, volvió a mostrarse como un “orador consumado” cuando, en respuesta al grito que subía desde la plaza, “¡Francesco, Francesco!”, dijo: “Muchas gracias por el saludo, pero saluden también a Jesús… griten ‘¡Jesús, Jesús!’”

La respuesta fue inmediata y masiva, un solo grito se elevó desde la Plaza: “¡Jesús, Jesús!”

El Papa cerró su intervención repitiendo a modo de eslogan una frase de su mensaje: “Recuerden, muchachos y muchachas, la vida hay que jugarla por los grandes ideales”.

El diario recuerda que el otro papa que solía hablar con la multitud era Juan Pablo II, pero por lo general lo hacía en respuesta a los gritos de la gente. Esta es la primera vez que un Pontífice le hace preguntas al público.

“Lo que hemos visto ayer es un elemento típico de la oratoria latinoamericana a la cual quizá el papa Francisco nos acostumbrará”, concluye el Corriere.

Fuente: Infobae