Por qué te gustaría tener el pene de un conejo. ¿Es una máquina imperfecta, si la comparamos con la de otros animales como el conejo?
Si preguntásemos en la calle para qué sirve un pene, la mayoría de personas contestarían que para mantener relaciones sexuales, sentir placer o tener hijos. Pero el miembro viril no siempre está a la altura de las circunstancias. ¿Es una máquina imperfecta, si la comparamos con la de otros animales como el conejo?.
Hace poco leía en un blog de sexología que se nos había inculcado la idea de que el pene humano está diseñado para tener sexo. Después aclaraba que este órgano está más bien "diseñado para fallar".
La diferencia entre el ser humano y el resto de animales radica en la capacidad que tenemos para pensar y razonar. Así, el placer, la excitación y las ganas de mantener relaciones sexuales dependen del cerebro, y van más allá del puro instinto animal. Sin embargo, la incapacidad de raciocinio del ratón hará que su pene siempre esté erecto. Los hombres no tienen la misma suerte y si algo les baja la libido, su pajarito también se vendrá abajo.
Una máquina imperfecta
Otro de los fallos está en la forma en la que ha evolucionado físicamente el hombre y sus atributos sexuales. El pene es un mecanismo inestable que para poder ponerse erecto, necesita del buen funcionamiento de un sistema hidráulico. Aun así, y con lo que cuesta moverlo igual que sube baja. En mamíferos como los conejos, por ejemplo, no ocurre lo mismo, pues están capacitados con un pene menos vulnerable que se sustenta en un hueso o cartílago y que, por tanto, pueden mover a su antojo aunque no estén excitados.
Sin apoyo mecánico y con un cerebro que juega malas pasadas, seguro que hay muchos hombres que después de leer este artículo desean ser un ratón o un conejillo de indias que, aunque chiquititos y peludos, poseen un rabo más grande que su propio cuerpo y un pene incapaz de sufrir
altibajos.
Fuente: gonzoo.com