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La casa del horror: “tener 10 años y estar encadenado, eso es tortura”

De a poco se conoce detalles del tormento que pasaron 13 hermanos. Sus padres tuvieron tantos hijos “porque creían que era un llamado de Dios”.

17/01/2018

Luego que una adolescente de 17 años escapara por una ventana de su casa, se pusiera en contacto con la policía, comenzaron a conocerse detalles de como fueron hallados los otros integrantes de la familia y el comportamiento de los padres.

La policía que entró al lugar calificó de "horrendas" las condiciones en las que ella y sus 12 hermanos tuvieron que soportar por parte de sus padres.



"Necesitamos reconocer el coraje de esa joven que escapó", dijo el martes el capitán del condado de Riverside, Greg Fellows y resaltó que la valiente adolescente, estaba tan desnutrida que inicialmente los oficiales creían que solo tenía 10 años.

Fue aclamada además como héroe luego de que la policía pudo rescatar a sus hermanos y hermanas hambrientos de su hogar en Perris, California, el domingo.

Estremecedor hallazgo

Las autoridades encontraron al menos a tres de los niños de Turpin, de entre 2 y 29 años, atados a sus camas y muebles con cadenas y candados en una habitación oscura y maloliente dentro de la casa de la familia.

Las víctimas, entre ellas seis niños y siete adultos, estaban “desnutridos y muy sucios”. No está claro por cuánto tiempo algunos de ellos fueron encadenados, con candado y cadenas antes de que fueran descubiertos.

Los hermanos permanecen en el hospital bajo tratamiento por su desnutrición y los servicios para niños ahora buscarán una orden judicial para supervisar a los 13 niños, incluidos los mayores de 18 años.



La policía confirmó que las 13 víctimas son hijos biológicos de David Allen Turpin, de 57 años, y su esposa, Louise Anna Turpin, de 49 años. Mientras aún era temprano en la investigación, la policía dijo que no había señales de que alguno de los hermanos fuera abusado sexualmente o que los padres padecían una enfermedad mental.

“Un llamado de Dios”

La policía confirmó que tanto David como Louise Turpin eran religiosos, pero no pudieron decir si eso desempeñó un papel en la forma en que mantenían cautivos a sus hijos.

Los padres de David Turpin, James y Betty Turpin, dijeron a ABC News que estaban "sorprendidos y conmocionados" por las acusaciones.

La pareja, que vive en West Virginia, dijo que no habían visitado a la familia durante cuatro o cinco años, pero les había hablado por teléfono, aunque no con sus nietos. Los abuelos describieron a la familia como muy religiosa y dijeron que eran cristianos pentecostales.

Agregaron que tenían tantos hijos porque creían que 'Dios los llamó' para hacerlo y que la "educación escolar era muy estricta (estaban inscriptos como escuela privada)" lo que implicaba que los niños memoricen pasajes largos de la Biblia e incluso que intenten memorizar todo el libro.

Calvario

El capitán de policía dijo que las condiciones eran horribles y equivalían a tortura.

"Si puedes imaginar ser un niño de 10 años y estar encadenado a una cama ... yo llamaría a eso tortura", dijo.

Agregó que Louise parecía "perpleja" sobre por qué la policía llegó a su casa, pero no estaba claro cómo reaccionó el padre de los niños.

Los policías nunca habían sido llamados a la casa y tampoco tenían trabajadores de servicios sociales.

Desde el Corona Regional Medical Center, Mark Uffer, donde están siendo tratados siete de los niños – adultos aseguraron que "es difícil pensar en ellos como adultos, son tan pequeños", dijo Uffer, agregando que claramente estaban desnutridos pero eran estables y muy amigables.

"Creo que tienen esperanzas de que la vida mejore después de este evento".

Residencias

Se cree que se mudaron a California desde Texas en el año 2010. Los Turpins vivieron primero en Murrieta antes de comprar su casa actual de cuatro dormitorios en Perris en agosto de 2014 por $ 351,000.

Su casa en Perris también es la dirección de Sandcastle Day School, una escuela privada registrada en 2014-15, por lo que David Turpin podría educar en casa a seis de sus hijos. En el año escolar 2016-17, tuvo una matrícula de seis estudiantes, uno cada uno en los grados quinto, sexto, octavo, noveno, décimo y duodécimo. Como escuela privada, no hay leyes que exijan que se inspeccione.