El presidente de la Conmebol habló tras el anuncio sobre la final.
El presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, explicó las razones de la mudanza al exterior de la revancha de la final de la Copa Libertadores entre River y Boca, en caso que la Unidad Disciplinaria decida que la revancha que se juegue, según aclaró.
"La administración en conjunto con el Consejo decidió que tenemos la obligación de reprogramar el partido, en caso que la unidad disciplinaria decida jugarlo. En ese sentido, tomamos la decisión de jugar, si se juega, el sábado 8 o el domingo 9, fuera del territorio argentino, porque entendemos que no están dadas las condiciones para que este partido se juegue en Argentina", afirmó el titular del máximo organismo del fútbol continental.
Al mismo tiempo, reconoció que en la reunión que mantuvieron hoy en Asunción, a la que calificó como "muy amena", le pidió a los presidentes de River y Boca que envíen "el mensaje correcto” cuando “se comuniquen con la gente".
"El fútbol no es lo que se vivió este fin de semana. Eso es una enfermedad que hay que erradicar. La violencia no es parte del fútbol. No sé en qué momento la pasión se confundió con violencia, nada la justifica", cuestionó Domínguez, en el monólogo ante la prensa que protagonizó en Asunción.
En esa dirección, agregó: "No es posible que no podamos convivir en paz, en una fiesta que despertó el interés de todo el mundo".
"No hay lugar para los violentos, no se los puede tolerar. Si queremos algo mejor, todos debemos colaborar. No podemos permitir que nadie malinterprete que los estadios son lugares de violencia", completó el máximo dirigente del fútbol sudamericano.