Santiago del Estero, Jueves 28
Marzo de 2024
X
Opinión y Actualidad

The Queen's Gambit: ajedrez y feminismo

Con Anya Taylor-Joy a la cabeza y la dirección de Scott Frank, The Queen’s Gambit cuenta con 7 episodios cautivantes.

26/10/2020

Por Rocío Panizo

La nueva miniserie de Netflix, estrenada el 23 de octubre, sigue la historia de una huérfana que se convierte en una ajedrecista de primer nivel en la década de los 60. Cuenta con las participaciones estelares del gran Bill Camp (Lincoln, 12 years a slave, Molly’s Game, Vice, Joker) y Harry Melling (Harry Potter, The Devil All The Time) y Thomas Brodie- Sangster (Game of Thrones, Maze Runner) como personajes secundarios.

¿De qué va?

Beth Harmon (Anya Taylor- Joy) es una joven abandonada por su padre que, a los 8 años, pierde a su madre. Queda huérfana y es enviada a un orfanato en Kentucky. Allí, conoce a Mr. Sheibel (Bill Camp), uno de los custodios del lugar que le enseña a jugar al ajedrez. Mr. Shaibel y la niña Beth juegan ajedrez clandestinamente en el sótano del orfanato, al tiempo que Beth se hace adicta a unas pastillas tranquilizantes. Beth desarrolla un talento poco común para el ajedrez y lo demuestra en una partida en simultáneo donde juega con varones adolescentes.


Te recomendamos: The Undoing, el absorbente thriller de HBO con Nicole Kidman y Hugh Grant


A los 15 años, es adoptada por una mujer (Marielle Heller) quien se convierte en su representante y su pilar en las giras como ajedrecista.

De adolescente, empieza a participar en torneos de mayor escala y se enfrenta a diferentes jugadores renombrados del mundo del ajedrez. Con sus victorias y su particular juego, se hace un nombre dentro de este mundo monopolizado por los hombres.

En su carrera, conoce a Harry Beltik (Harry Melling) y Benny Watts (Thomas Brodie- Sangster), dos rivales a los que se enfrenta en diferentes etapas de su vida que se convierten, con el tiempo, en sus aliados y la ayudan a consolidarse como una ajedrecista perfecta. Como joven adulta, se enfrenta a los grandes jugadores de ajedrez, los temidos soviéticos (los maestros del deporte) en busca de derrotar, finalmente, al mejor jugador del mundo.

A medida que se hace conocida a nivel mundial no sólo por su talento sino por ser la única mujer en el ambiente, incrementa su adicción a las pastillas -y, luego, al alcohol-. Beth sufre varias tragedias en algunos momentos de su vida y padece ataques de pánico pero cuenta con la ayuda de sus amigos ajedrecistas y, especialmente, con la ayuda de Jolene (Moses Ingram), su amiga del orfanato, para batallar con sus adicciones.


Te recomendamos: La feminidad ritual


El primer episodio de la serie abre con Beth Harmon en su presente y brinda varias pistas de lo que atraviesa el personaje. Sin embargo, esto dura unos pocos minutos porque la historia viaja al pasado donde Beth es una niña. Isla Johnston es la actriz que interpreta a la Beth de 8 años (y termina en sus primeros años de adolescente) y que la tiene como protagonista del primer episodio. Con un trabajo notable, Johnston demuestra la complejidad del personaje y reafirma los problemas que atravesará Beth a lo largo de la serie. Anya Taylor- Joy reaparece en el segundo capítulo para darle rienda suelta a la Beth adolescente y adulta en su crecimiento vertiginoso como ajedrecista.

The Queens´s Gambit es una serie dramática, coming-of-age en la que Anya Taylor- Joy (The VVitch, Emma, Marrowbone) demuestra su versatilidad actoral: de un plano a otro, pasa de ser una adolescente tímida y más aniñada a una mujer misteriosa, intrigante, madura y segura que reivindica el poder de las mujeres.

Al tratarse de una serie contextualizada en la década de los años 60, el machismo que reina (como contexto) es imaginable y deducible y, más aún cuando el ámbito en el que la protagonista se desarrolla es “para varones”. Beth Harmon rompe con esos cánones impuestos y se convierte en una estrella mundial. De todas maneras, la historia de la serie no pasa por el “quiebre” del mundo machista con la inclusión de una mujer en el deporte de hombres sino que tiene ciertas líneas de la narración que trabajan, sutilmente y bien pensados, esta confrontación con el mundo que la rodea.

No es casualidad que la serie se llame “Gambito de dama”. Como se explica en el primer episodio, “gambito de dama” es un tipo de apertura de ajedrez pero , a la vez, es una forma de reivindicar la presencia femenina de la historia: Beth siendo la mujer que irrumpe en el alto eslabón del deporte como símbolo de empoderamiento femenino, entonces, el nombre de la serie debe tener una fuerte impronta que resignifique ese empoderamiento. Además, de manera más narrativa y literal, Beth como ajedrecista utiliza la “queens gambit” como estrategia de juego y es una de los primeros movimientos que aprende teóricamente. Por lo que, el título es un gran acierto para lo que la serie demuestra capítulo a capítulo.

Gambito de dama está tan bien narrada y construida que la convierte en uno de los mejores estrenos de este año. Esta miniserie deportiva es una apuesta al ajedrez, el amor que sienten los personajes (no sólo Beth Harmon) por el deporte y la manera en la que lo tratan permite que el espectador se sienta interpelado con un deporte que no tiene tanta visibilidad en la actualidad. Remite a viejos tiempos, apelando a la melancolía para aquellas personas que alguna vez jugaron ajedrez cuando eran chicas. Scott Frank logra una serie que cautiva en la forma de su narración y en la forma en la que se tratan las partidas de ajedrez, ejecutadas técnicamente de maneras muy interesantes. Invita al espectador a adentrarse por un rato en el deporte, sin la obligación de saber previamente sobre el tema sino, simplemente, dejándose llevar por Beth Harmon e ir aprendiendo e ingresando en ese mundo a la par de ella.

La serie ya se encuentra disponible en Netflix.