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Dos gemelos argentinos trabajan en una misión para investigar las lunas de Júpiter

En agosto se lanzará una sonda de la Agencia Aeroespacial Europea hacia ese planeta; los investigadores ingenieros Fernando y Andrés Lasagni aportaron sus conocimientos y desarrollos para esa proeza.

03/04/2022

“De chicos rompíamos los juguetes para conocer cómo funcionaban. También muchos dispositivos electrónicos, que nunca se pudieron reparar, y una vez incluso prendimos fuego a una frazada en casa de nuestros padres. Las cuestiones técnicas siempre nos atrajeron”. Fernando y Andrés Lasagni tenían nueve años cuando su padre los llevó, sin previo aviso, a un instituto de computación. “Ahí empezó todo. Solo nos dijo ‘vengan’. No llevábamos ni una hoja de papel para anotar. 

Pero nos fortaleció mucho el pensamiento lógico, porque cuando aprendimos a programar y el lenguaje de la computación, y nos favoreció para pensar en estructuras. En el pensamiento científico es muy importante saber desarrollar una idea”, relató Andrés.

Estos gemelos idénticos nacieron en Cinco Saltos, provincia de Río Negro, el 27 de agosto de 1977. Los dibujos de naves espaciales, aviones y cualquier vehículo de transporte inundaron su infancia y cuando terminaron el secundario en un colegio industrial de orientación técnica, no dudaron en iniciar la carrera de Ingeniería Química en la Universidad Nacional del Comahue, Neuquén. “Nos interesaba mucho la química y tuvimos que hacer un estudio de mercado, dejando de lado por ejemplo la música, que nos atraía, pero iba a ser difícil vivir de ella. A mí también me encantaba jugar al voley, pero me hice una autoevaluación y asumí que nunca iba a ser profesional”, contó Fernando.


Cada uno por su lado

Sus caminos se separaron por primera vez en 2002. Andrés viajó para hacer su tesis de grado a Alemania y el destino de Fernando fue Austria; donde se doctoraron con mérito en 2006 en Ciencias de Materiales. “Irte del país y dejar a todos tus afectos no es algo sencillo, pero teníamos ganas de demostrar que podíamos. Además, teníamos muchas cosas de las que preocuparnos: no hablábamos alemán, era una nueva ciudad y un nuevo equipo de trabajo”, dijo Fernando. “Y mucho miedo, que nos generó la necesidad de sobrevivir y encarar la situación con otra valentía”, apuntó Andrés.

Su trayectoria fue amplia y diversa. Andrés fue investigador en el Georgia Institute of Technology en Atlanta, Estados Unidos; y ahora vive en Dresden, Alemania, donde es profesor en la Universidad Tecnológica y director del Center for Advanced Micro-Photonics en el Instituto Fraunhofer IWS. Se convirtió en un referente mundial en tecnologías láser para el tratamiento de superficies.

Impresiones 3D

Por un lado, desarrollaron un proyecto conjunto: fabricar piezas de impresión 3D metálicas para aviones y modificar su superficie, cambiando los materiales por otros más ligeros. “Hay piezas que se fabrican en el sector en titanio, porque son muy resistentes a la corrosión y no se oxidan; pero con los tratamientos que hace Andrés se pueden fabricar en aluminio, que pesa prácticamente la mitad, y que no estén en contacto con entornos húmedos. Las podemos reemplazar”, destacó Fernando.

Además, el equipo de Fernando en el Catec fabricó los componentes de impresión 3D en aluminio pertenecientes a la estructura de la sonda espacial Juice, que volarán el próximo agosto en una misión histórica de la Agencia Espacial Europea (ESA) a las lunas de Júpiter, en busca de vida interestelar. “Conseguimos aligerar la sonda en 15 kilogramos, que es muchísimo cuando hablamos de sistemas para el espacio. Son 11 componentes con distintas funciones: los soportes de los sensores de misión para los trabajos de investigación en la luna, los soportes de los star trackers que ayudan a establecer la posición de la sonda en el espacio, y los soportes de las ruedas de inercia”, apuntó.

La nave será impulsada por un cohete Ariane 5 desde la Guayana Francesa y se calcula su llegada al sistema joviano en 2030, ya que el viaje a Júpiter dura casi ocho años; y operará en el planeta y sus lunas alrededor de tres años y medio. “En 2033 la nave espacial debería entrar en órbita alrededor de Ganímedes, después de completar varias órbitas y maniobras sobre Júpiter y las lunas Europa y Calisto. Durante el recorrido, la gravedad de las lunas Calisto y Ganímedes ayudarán a dar forma a la trayectoria de la sonda espacial, y se realizarán dos sobrevuelos en la luna Europa para estudiar la composición del material de la luna y el primer sondeo del subsuelo”, explicó.

Y agregó: “También se realizarán observaciones de los polos de Júpiter. Los frecuentes sobrevuelos de Calisto permitirán observaciones remotas únicas de la luna y mediciones in situ en sus proximidades. La misión culminará con un recorrido orbital dedicado de 8 meses alrededor de Ganímedes”.

Los instrumentos que la sonda llevará a bordo, explicó el experto, incluyen cámaras, espectrómetros, magnetómetros y un radar de penetración en el hielo. “Es una misión muy compleja porque hay una ventana única para el lanzamiento. Los planetas están alineados en un espacio temporal muy pequeño y, si nos pasábamos de agosto, teníamos que esperar muchos años más para volver a tener una oportunidad. Es muy desafiante y la tecnología es única”, dijo, y aseguró que comenzaron la fabricación de las piezas 3D en 2018 y las entregaron a principios de 2021.


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