Una síntesis de la evolución de la iluminación en la historia de la humanidad. La utilización de las luces y sombras en el séptimo arte para crear atmósferas que acompañen las historias. La psicología detrás de la percepción de la luz y el aporte científico para enriquecer la dimensión lumínica.
Por Pablo Argañarás, Lic. en cine y televisión
El tratamiento de la iluminación en el cine y demás medios audiovisuales es un arte que siempre está en constante evolución. Cada escena que se filma conlleva un tratamiento lumínico que nos hace apreciar las acciones que allí se suceden de una manera creíble y orgánica a nuestra percepción.
Antes de filmar se comienza con la colocación de las luces, el cableado, y el filtrado de los spots para una correcta atmósfera lumínica. Este trabajo es realizado por el Director de Fotografía en conjunto con su equipo técnico. El camarógrafo, los ayudantes de cámara, foquistas, electricistas, reflectoristas conforman el área de fotografía de un film.
Al observar un set con su puesta de luces para el rodaje seguramente creeremos que se trata de algo erróneo. Las luces y sombras no condicen con nuestra apreciación sensorial visual a simple vista. Lo que sucede es que toda ella está calibrada para los sensores de luz de las cámaras, no para nuestro ojo. Por ello, el monitor donde se chequea la imagen es el dispositivo en donde se va observando y corroborando que todo quede a la perfección en el set de rodaje.
En la naturaleza las luces siempre nos llegan desde arriba. Durante el día a través de los rayos de luz provenientes del Sol. Por la noche de la luz que refleja la Luna. Lo más bajo que se percibe una luz natural es en el amanecer y en el ocaso, en done la luz roza la línea del horizonte. Es por ello que siempre se emulan en las puestas de luces, la iluminación en picado o cenital, desde arriba hacia abajo, imitando el comportamiento de la luz en la naturaleza.
En los albores de la humanidad, con la invención del fuego, el ser humano primitivo compartió con otros el cobijo del calor y luz de las fogatas. Ellos elaboraron el primer sentido de seguridad y protección dentro de las cuevas en donde se resguardaban de sus depredadores por las noches. Allí se hizo patente por primera vez en la historia de la humanidad la iluminación artificial. Y con ello la luz en contrapicado o nadir, proveniente desde abajo. De esta manera cuando el hombre intervino por primera vez iluminando un ambiente lo hizo desde abajo hacia arriba. De manera antinatural.
Nuestro cerebro posee una zona llamada amígdala en donde tenemos archivada nuestra memoria colectiva como especie. Todo lo que heredamos de nuestro linaje genético se encuentra en ella. Es por ello que percibimos un extraño regocijo cuando nos acercamos al fuego en un campamento o cuando alguien prepara una comida al calor de las llamas. Estudios científicos avalan la teoría que nuestra amígdala nos envía sensaciones de placer. Esto sucede producto de la recopilación ancestral que asoció desde los primeros tiempos de la humanidad prefiguraciones de cobijo. Ese guarecerse en el fuego, con el cual la humanidad se protegió de sus depredadores, allá lejos hace miles de millones de años. Quizá la sensación de seguridad que nos provoca el fuego sea producto del calor o de la luz que de él emana.
El género del terror tomó estas teorías y las puso en práctica. Es por ello que las películas de horror utilizan una clave de iluminación baja, con muchas sombras y orientadas las luces siempre de abajo hacia arriba en sus personajes. Las sombras se proyectan hacia arriba. De manera contraria a la naturaleza. Promoviendo a generar una incomodidad sensorial en los espectadores. Esta inestabilidad visual opera en la psiquis haciendo que el público, al ver esta clave de iluminación, esté atento y quiera resolver lo que el cerebro percibe de manera ficticia.
Nuestra especie tardó en ser lo que es hoy en día miles de años. En sólo más de un siglo, el cine intentó e intenta recrear lo que como especie nos une, nos asusta y reconforta. Una de las grandes herramientas que los cineastas poseen para generar esto es el manejo de la luz en sus piezas audiovisuales.