Aunque su ausencia se excusó en unas líneas de fiebre, a horas de la eliminación trascendió la verdad de la historia.
La eliminación de Boca Juniors ante Independiente por los cuartos de final del Torneo Apertura 2025 volvió a encender las alarmas dentro del plantel. Uno de los focos de atención estuvo en Marcos Rojo, quien no fue titular en el clásico, y lejos de lo que se informó inicialmente, su presencia en el banco no fue por enfermedad, sino por un acto de indisciplina que derivó en una sanción interna decidida por el entrenador interino Mariano Herrón.
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El defensor iba a ser capitán del equipo, pero el sábado por la mañana avisó que tenía unas líneas de fiebre y no se presentó a entrenar en el predio de Ezeiza. Según las normas internas, debía concurrir de todas maneras para ser evaluado por el cuerpo médico del club, que determinaría si debía hacer reposo. Sin embargo, Rojo se limitó a comunicar su malestar y faltó a una práctica clave, en la que se hizo el ensayo formal de fútbol. En su lugar, jugó Ayrton Costa, quien finalmente fue titular ante el Rojo de Avellaneda.
La decisión de Herrón de marginarlo del once inicial tuvo el respaldo del cuerpo técnico y de la dirigencia, quienes sospechan que la fiebre fue una excusa que encubre una nueva falta disciplinaria. El episodio llega casi un año después del escándalo de "noches alegres, mañanas tristes", cuando Darío Benedetto —junto a Rojo— fue protagonista de una salida nocturna en pleno ciclo de Diego Martínez.
Curiosamente, el viernes por la noche, Benedetto celebró su cumpleaños en una fiesta que también generó ruido. En paralelo, su último club, Olimpia, decidió rescindirle el contrato por un combo de indisciplina, bajo nivel y conflictos con los hinchas. Aunque el Pipa lo negó en un comunicado, el contexto no pasó inadvertido en Brandsen 805.
El vínculo de Marcos Rojo con Boca finaliza en diciembre y, tras este nuevo conflicto, su continuidad es más incierta que nunca. El hincha, que ya lo silbó contra Lanús por sus polémicas declaraciones tras el Superclásico, parece haberle bajado el pulgar a uno de los máximos referentes del plantel.
Mientras Boca atraviesa un nuevo golpe deportivo, también lidia con problemas puertas adentro que erosionan la convivencia y la confianza. El caso Rojo es apenas uno más de los síntomas de una crisis que aún no encuentra salida.