El juez de la causa de familia se cansó del accionar de la empresaria con respecto a sus hijas y el reencuentro con Mauro Icardi.
Lo que comenzó como un viernes que prometía ser en familia terminó en un conflicto judicial y mediático. Mauro Icardi se presentó en el Chateau Libertador con una orden del juez Hagopian para pasar una semana junto a las dos hijas que tiene con Wanda Nara, pero la conductora se niega a entregarlas, y en este momento la situación continúa sin resolverse.
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La presencia de la policía tuvo como objetivo hacer cumplir la intimación judicial que ordena la entrega inmediata de las niñas al futbolista. El documento habilita el ingreso al domicilio con fuerza pública femenina no uniformada, incluso autorizando el uso del SAME si fuera necesario, para garantizar el cumplimiento de la medida.
A las 15:46, dos patrulleros llegaron al lugar. Más tarde, agentes de la superintendencia de violencia familiar y de género también ingresaron. Mientras tanto, Icardi aguarda en el subsuelo del edificio, acompañado por su abogada Elba Marcovecchio, visiblemente molesto por la demora.
Según versiones difundidas en Intrusos, una licenciada del Ministerio subió al departamento para hablar con las niñas, quienes expresaron su negativa a irse con su padre. Una de ellas argumentó que no se siente cómoda en la casa del futbolista, y la menor se quebró en llanto.
Desde el entorno de Wanda aseguran que las niñas no quieren separarse de su madre, mientras que del lado de Icardi se insiste en que Wanda está desobedeciendo una orden judicial vigente. Las mochilas estarían listas desde anoche y Wanda tenía planeado viajar, pero la situación legal la mantiene aún en su domicilio.
Wanda está llorando y se niega a entregar a sus hijas, mientras la policía permanece en el edificio y los equipos legales registran cada paso del procedimiento. La situación está lejos de resolverse, y el conflicto continúa escalando.