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Argentina luchó, pero perdió con Alemania y se despidió de la Copa Davis

Horacio Zeballos y Andrés Molteni perdieron el partido definitorio, después de que Etcheverry ganara y Cerúndolo cayera, y los capitaneados por Javier Frana quedaron eliminados.

20/11/2025

Tan cerca y tan lejos. Globalmente, porque parecía una oportunidad inmejorable para que Argentina llegara a la definición de la Copa Davis -hubo bajas de peso en los equipos top y la llave no fue la más comprometedora-, y puntualizando en la serie de cuartos de final con Alemania, que se resolvió en el último set del partido definitorio; el dobles, encarado con Horacio Zeballos y Andrés Molteni, no se ganó por detalles: Kim Krawietz y Tim Puetz -el de visera jugó un partidazo- se lo llevaron por 4-6, 6-4 y 7-6 (10) y los capitaneados por Javier Frana se despidieron del Final 8 en Bolonia.

El orden de los factores no alteró el producto. Se sabía que tanto Tomás Etcheverry (60°) como Francisco Cerúndolo (21°) tendrían partidos difíciles contra Jan-Lennard Struff (84°) y Alexander Zverev (3°), respectivamente, y que uno de los dos debía ganar para que la buena dupla de Zebolla y Molto definiera la suerte del seleccionado -asomaba complicado que los dos singlistas triunfaran y se clasificaran-. La pregunta era quién lo haría.

Tomy tenía tantas chances de triunfar como de perder, porque era un emparejamiento equilibrado, y el Bocón se enfrentaba a Sascha, un rival que siempre se le dio bien pero no deja de ser una figura mundial (encima, en pista rápida). Al fin y al cabo, fue victoria de Etcheverry por 7-6 (3) y 7-6 (7) y caída de Cerúndolo por 6-4 y 7-6 (3). Y como indicaba la lógica, y se avistaba positivo, el pase de ronda se definió con el 2v2.

Había un aspecto favorable, y es que Zebolla es uno de los mejores doblistas del planeta, y uno negativo, que Krawietz y Puetz son un dúo asentado en el circuito (vienen de jugar el ATP Finals, en el que perdieron ante el marplatense y el español Granollers). Por todo el condimento, se preveía un duelo parejo y lo fue. Pocos quiebres, un set por lado y un tercer parcial, a suerte y verdad, para definir quién jugaría con España. Y fue más la fortuna que el mérito la que definió al vencedor.

En el tenis no existen las tandas de penales, pero ese tie-break agónico se sintió como una. Punto a punto, sin muchas posibilidades de equivocarse, Argentina danzó entre la victoria y la eliminación. Tuvo match points en contra que salvó y otros a favor que no capitalizó. Y fue una bola fina, que entró por milímetros, la que mandó a los teutones a la semifinal tras un 12-10. Será difícil apoyar la cabeza en la almohada para el plantel albiceleste, que tendrá pesadillas pensando en lo cerca que estuvo, pero el balance fue positivo: les ganó de visitantes a la Noruega de Ruud y a un Países Bajos subcampeón y llegó a Bolonia. Ahora, a reunir fuerzas para el 2026.