La historia de la joven, oriunda de Icaño, que creyó imposible llegar a la universidad, cumplió su meta con ayuda y hoy busca desarrollarse profesionalmente en Tucumán. Su testimonio en Noticiero 7.
Lo que durante años pareció un sueño ajeno o directamente prohibido, hoy es una realidad para Dana Strojil, la joven oriunda de Icano. Su recorrido académico, impulsado por el apoyo de la Fundación Sí, se convirtió en una historia de resiliencia que emocionó al país y volvió a cobrar fuerza tras su testimonio en vivo por Noticiero 7.
HACÉ CLICK AQUÍ PARA UNIRTE AL CANAL DE WHATSAPP DE DIARIO PANORAMA Y ESTAR SIEMPRE INFORMADO
Con carencias económicas y un contexto que no favorecía imaginar un futuro universitario, Dana creció convencida de que estudiar en una gran ciudad no era una posibilidad real. “Con 11 años entendí que no debía permitirme soñar, porque dolía saber que no iba a poder hacerlo”, relató durante una entrevista con Perros de La Calle. La conversación de sus padres con su hermano mayor —quien también quiso estudiar, pero no pudo por razones económicas— marcó profundamente su infancia.
La oportunidad llegó cuando la Fundación Sí difundió en escuelas rurales su programa de residencias universitarias. Aunque su institución no fue visitada directamente, una docente acercó la información y Dana decidió anotarse. “Lo hice sola, completé la ficha y me animé”, contó.
En 2019 ingresó a la residencia universitaria de Tucumán, donde contó con alojamiento, comida, acompañamiento académico y apoyo integral durante toda la carrera. Además, la organización exige mantener un rendimiento constante, lo que la impulsó a sostener un alto nivel de compromiso y disciplina.
Este año, Dana alcanzó su meta: se recibió en septiembre de licenciada en Trabajo Social, convirtiéndose en un ejemplo para jóvenes del interior que enfrentan condiciones similares.
El orgullo de su familia
Sus padres y hermanos, que siempre la acompañaron pese a la distancia y las limitaciones, celebran hoy un logro que sienten propio. “Están muy orgullosos. Siempre estuvieron presentes en mi camino”, afirmó.
Consultada por su inspiración profesional, recordó a las trabajadoras sociales que visitaban su comunidad rural haciendo trabajo comunitario. “Creo que uno lo sabe en el fondo: lo que quiere hacer, aunque a veces no pueda soñarlo”, expresó.
Un futuro por construir
Actualmente, Dana vive en Tucumán y se encuentra en búsqueda activa de empleo mientras finaliza los trámites formales de su título. Su objetivo para 2026 es insertarse en el ámbito profesional y seguir creciendo. “Todo depende de las oportunidades que se presenten, pero estoy lista para trabajar”, dijo.
Antes de despedirse, dejó un mensaje directo a quienes sienten que estudiar es un sueño inalcanzable: “Siempre hay oportunidades, hay que buscarlas. Ojalá más chicos puedan anotarse a la residencia y cumplir lo que desean”.