La combinación de proteínas, fibra y grasas saludables en la primera comida del día resulta clave para controlar el apetito, evitar el picoteo y mantener un mejor equilibrio metabólico.
La discusión sobre si conviene desayunar salado o dulce no tiene una respuesta única desde la ciencia. Especialistas coinciden en que no es el sabor lo determinante, sino la calidad nutricional del desayuno, que influye directamente en el control del hambre, el peso corporal y la tendencia a picotear durante el día.
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La médica especialista en nutrición Marianela Aguirre Ackermann, vicepresidenta de la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN), explicó que lo clave es entender cómo impacta la primera comida del día en el metabolismo, la glucosa y el comportamiento alimentario posterior. En ese sentido, los desayunos que incluyen proteínas, fibra y grasas saludables generan mayor saciedad y ayudan a retrasar la aparición del hambre.
El nutricionista Martín Giannini señaló que los desayunos ricos en proteínas y carbohidratos con fibra reducen de manera más sostenida la hormona del hambre, la grelina, en comparación con los desayunos basados en azúcares simples. Esto se traduce en menos ansiedad y menor consumo entre comidas.
Desde la evidencia científica, estudios recientes muestran que desayunos de alta calidad nutricional, que aportan entre el 20 y el 30% de la energía diaria y priorizan alimentos frescos e integrales, se asocian con menor índice de masa corporal, mejor perfil lipídico y mayor estabilidad metabólica, independientemente de si son dulces o salados.
Entre los alimentos recomendados por los especialistas se destacan huevos, yogur natural o griego, quesos frescos, legumbres, frutas, verduras, pan integral, semillas y frutos secos. En cambio, advierten sobre los errores más frecuentes: desayunos basados solo en harinas blancas, productos ultraprocesados, cereales azucarados o la ausencia total de proteínas.
En conclusión, más allá de si el desayuno es salado o dulce, los nutricionistas remarcan que la clave está en su composición. Priorizar proteínas, fibra y grasas saludables permite controlar mejor el apetito, evitar el picoteo y empezar el día con mayor equilibrio nutricional.