La modelo se sometió a una prueba de Dolli Yrigoyen y recibió excelentes críticas por su preparación.
Bake Off se encuentra en la recta final y las pruebas exigen mayores obstáculos para los participantes que ya se encuentran agotados por las constantes elaboraciones de platos.
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Bajo esta situación la emisión de este martes tuvo una sorpresa insólita, Paula Cháves abandonó su rol de conductora y pasó a ser una participante más.
La modelo se sometió a un desafío de Dolli Irigoyen, quien trajo una de sus tortas distintivas para que los integrantes del reality intenten replicarla.
El primer paso de la consigna constaba de realizar un merengue pero sin el uso de la batidora, por lo que los participantes tuvieron que batir a mano por algunos minutos sin descanso alguno. Al oír las indicaciones, la esposa de Pedro Alfonso se interesó en participar por un rato de la competencia de pastelería que conduce.
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Al tener espacio libre en algunas de las estaciones, la modelo se instaló en el fondo de la carpa y trabajó a la par de los pasteleros. Para sorpresa de los jurados del reality, el resultado fue muy bueno de su prueba y quedó en segundo lugar, detrás de Kalia que tuvo el mejor desempeño en la preparación.
"Es muy difícil esto, lo subestimé un poco", comentó durante el momento del batido intenso que definió la prueba. A pesar de que tuvo éxito con el final, expresó su cansancio con una de las juezas: "Quiero llorar, Dolli. No pensé que era tan difícil".