El DT decidió sacar al Chango, la figura de Boca, para meter a Alan en pleno momento crítico del partido. La decisión desconcertó al estadio y hasta generó fastidio del campeón del mundo.
La Bombonera no lo podía creer. En el momento más caliente del duelo ante Racing, cuando Boca necesitaba claridad, rebeldía y alguna chispa para romper el partido, Claudio Úbeda tomó una decisión que cayó como un baldazo de agua helada: sacó a Zeballos, el jugador más peligroso de la noche, para darle ingreso a Alan Velasco, que llegaba sin ritmo tras más de dos meses sin actividad y con rendimientos muy flojos desde su llegada.
La reacción del estadio fue inmediata. Silbidos, sorpresa y bronca. Incluso Paredes, visiblemente molesto, levantó los brazos buscando una explicación al banco mientras el cambio se concretaba. Boca no la estaba pasando bien y el único que venía generando desequilibrio dejaba la cancha.
El presentimiento negativo duró poco. Apenas cuatro minutos después, Racing aprovechó una recuperación rápida y armó la jugada que sentenció la semifinal: Almendra filtró para Rojas, el lateral tuvo vía libre para proyectar y envió un centro perfecto para que Maravilla Martínez, tras diez partidos sin convertir, gane por primera vez la posición y marque el 1-0 decisivo.
Sin Zeballos en el campo, Boca perdió frescura, profundidad y ese factor sorpresa que lo mantenía competitivo. Y la Bombonera, que ya venía tensa, terminó de estallar contra una decisión que todavía nadie entiende.