El Xeneize quedó nuevamente afuera de una competición como local: la caída ante la Academia por las semifinales del Torneo Clausura se suma a las derrotas con Alianza Lima e Independiente.
Boca volvió a despedirse de un torneo ante su gente. La derrota por 1-0 frente a Racing en semifinales del Torneo Clausura profundizó un fenómeno que se hizo demasiado habitual este año: el equipo quedó eliminado tres veces en la Bombonera durante 2025, un golpe que expone el irregular rendimiento del Xeneize como local.
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Aunque los números marcan una efectividad del 71%, el equipo no pudo transformar su estadio en la fortaleza de otros tiempos. Por tercera vez en el año, los hinchas observaron cómo el plantel se iba cabizbajo, sin chances de revancha y en medio de una atmósfera de desilusión generalizada.
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La estadística es contundente. Boca disputó 22 partidos en la Bombonera durante 2025: ganó 14, empató 5 y perdió 3, aunque esas tres derrotas resultaron decisivas.
Las eliminaciones fueron:
El contraste entre la efectividad global y los golpes recibidos en instancias clave genera una lectura inevitable: la Bombonera no salvó a este equipo, y eso se refleja en un 2025 marcado por frustraciones.

El ciclo de Claudio Úbeda había generado expectativas, sobre todo por las cinco victorias consecutivas que revitalizaron el ánimo del plantel. Sin embargo, la caída ante Racing volvió a instalar dudas en un año que había comenzado con la eliminación precoz en la Copa Libertadores y que terminó con otro golpe duro en casa.
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En el medio, hubo una alegría inolvidable: el Superclásico ganado ante River, uno de los pocos momentos que logró conectar con la gente. Pero fue una excepción en un 2025 que, en líneas generales, dejó más sombras que luces.

La Bombonera, históricamente escenario de gestas y consagraciones, no pudo cumplir ese rol. Las tres eliminaciones no parecen un accidente estadístico, sino una consecuencia del rendimiento irregular del equipo, que nunca logró sostener una identidad firme como local.
En un año donde lo único que se destaca es la clasificación a la fase de grupos de la Copa Libertadores 2026, el Xeneize se va con una certeza difícil de digerir: su casa ya no intimidó ni protegió.
Y ese, quizá, es el diagnóstico más claro de un 2025 para olvidar.