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Se derrumbó 95% la demanda de dólares y proyectan una inflación por debajo del 2% desde enero

Luego de una dolarización récord previa a las elecciones, la demanda de divisas se desplomó un 95% en apenas dos meses. El dólar se estabilizó, bajaron las tasas de interés y mejoraron las expectativas, pero persisten alertas sobre la actividad productiva y el impacto de la apertura económica.

Hoy 10:04

La dolarización previa a las elecciones fue histórica, pero la economía logró absorber el impacto sin sobresaltos cambiarios. El tipo de cambio se mantuvo dentro de las bandas, no se produjo una corrida y el esquema monetario resistió el fuerte shock, incluso en un contexto de tasas de interés elevadas.

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El cambio más significativo llegó tras los comicios. La demanda de dólares para ahorro se desplomó 95%, al pasar de USD 4.600 millones en septiembre a apenas USD 200 millones en noviembre, según datos oficiales del Banco Central.

La baja en la demanda se reflejó en el mercado: con escasa liquidación del agro, el dólar se estabilizó en torno a los $1.460. El Tesoro comenzó a comprar divisas para evitar una apreciación excesiva del peso, aunque de manera gradual.

El vicepresidente del BCRA, Vladimir Werning, sostuvo que el derrumbe en la compra de dólares responde a una mayor credibilidad en el régimen de bandas cambiarias. Además, recordó que durante los dos años de gestión de Javier Milei se compraron USD 27.000 millones, lo que permitió mejorar reservas y reducir deuda.

Hacia adelante, se espera una nueva etapa de acumulación de dólares, primero por parte del Tesoro, que debe afrontar vencimientos por USD 4.200 millones en enero, y luego del Banco Central, en el marco del proceso de remonetización.

La estabilidad cambiaria impulsó una fuerte baja de tasas de interés y mejoró las expectativas de inflación, que habría tocado un pico en noviembre y podría ubicarse en torno al 1,5% mensual en los próximos meses.

No obstante, el nivel de actividad sigue siendo el principal foco de preocupación. Sectores industriales muestran caídas significativas y la apertura importadora presiona sobre la producción local, en un escenario donde las reformas laboral e impositiva aparecen como claves para sostener la competitividad.