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Abril de 2024
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País

Devolvió los 150 mil pesos que encontró y no quiso recompensa

Ocurrió en la localidad de San Cristóbal. Un productor agropecuario había olvidado su maletín en una oficina y un empleado público lo encontró, se lo devolvió y no quiso recompensa.

02/02/2012

El dinero se encontraba en un maletín que un productor agropecuario había olvidado en una oficina.
"Nada de recompensa, le dije cuando don Livio quiso reconocer el gesto. El dinero es suyo, y lo que es suyo no es mío; por lo tanto, devolverlo era lo que correspondía", sostuvo José Cortés, de 42 años, casado y padre de tres hijos

Cortés trabaja en una oficina municipal que otorga licencias de conducir. Hace cinco años que está contratado y aspira a su titularización. La historia que lo convirtió en un vecino destacado de San Cristóbal, una ciudad de casi 14 mil habitantes, se inició el martes de la semana pasada. "A las 7.30 apareció don Livio Simonella, de 81 años, radicado en Santurce, una población cercana, a quien conozco porque renueva la licencia anualmente. Como llegó temprano, le dije que para no perder tiempo volviera a las 11.30. Me dijo que haría trámites y compras y luego volvería, como hizo. Debía observarlo el médico y llenar planillas para renovar el carné. Cuando regresó, lo acompañé a otra oficina, completó el trámite y se fue. Junto a Leandro Cabrera, un compañero de oficina, terminamos la actividad a las 12.50, y cuando estábamos ordenando los legajos veo el portafolio negro", sostuvo Cortés.

“Sinceramente, no sabía si abrirlo o no. Pero lo hice y observé que había una cantidad importante de dinero. Lo llamé por teléfono. No me contestaba y me preguntaba por su salud. Alrededor de las 13 salí, fui a fichar a la municipalidad y le pedí a las compañeras que llamaran a don Livio, pero no contestaba porque iba conduciendo hacia el pueblo. Cuando me comuniqué, me identifiqué y le dije: Ud. se olvidó algo. El me respondió: No creo que me haya olvidado algo. Entonces le comenté lo del portafolio y le dije que me tomé el atrevimiento de abrirlo. No se preocupe, lo tengo yo. Venga mañana, retira la licencia y se lleva el maletín. Así ocurrió. Agradecido, don Livio quiso recompensar el gesto, pero le dije que no correspondía. Seguramente, él trabajó toda su vida para tener algo. Yo volvería a hacer lo mismo si tuviese otra oportunidad. La honestidad antes de todo", amplió su relato.