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Abril de 2024
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Opinión y Actualidad

Crítica de "Emma" la nueva película de Anya Taylor-Joy

Para amantes de las adaptaciones literarias exquisitas atemporales.

02/11/2020

Por Beatriz Martínez    

En los últimos tiempos, siempre que se aborda una obra clásica para realizar una nueva versión, se espera que aporte algo nuevo, que reinterprete el texto desde un punto de vista contemporáneo, que sirva de excusa para hablar de algunos asuntos que nos preocupan como sociedad, ya sea reivindicar a la mujer, a los colectivos discriminados, o de la represión social o religiosa. Por eso resulta sorprendente y casi osado que la última adaptación de la novela de Jane Austen, Emma, se limite a ser fiel al original. Con ello, la directora Autumn de Wilde y la guionista Eleanor Catton (Premio Man Booker en 2013 por Las luminarias) parecen querer reivindicar la vigencia de los temas que ya se trataban en una obra que giraba en torno a la hipocresía social, la arrogancia, la manipulación y los juegos de poder. Características que se concentran, precisamente, en la figura de Emma. Quizás, por esa razón, en esta ocasión la protagonista no se encuentra adornada con la amabilidad y el encanto que desprendía Gwyneth Paltrow en la película de 1996 de Douglas McGrath. Anya Taylor-Joy aporta una mirada mucho más aviesa a todo ese círculo de mezquindades que ella se encarga de presidir utilizando a las personas que tiene a su alrededor como si fueran títeres que se mueven a su antojo.

Arrogancia e insensibilidad

Autumn de Wilde, con una amplia trayectoria en el diseño y la fotografía, sobre todo en el entorno musical y roquero, se centra en la forma para llegar al fondo. La directora se muestra especialmente interesada en la pintura minuciosa de ambientes a través del puntillismo y la puesta en escena suntuosa. Lo superfluo, frívolo y vacío se convierte así en parte de la esencia de una película que introduce al espectador en un universo tan trivial como repleto de bilis al hablar de la arrogancia y la insensibilidad como males universales del ser humano en cualquier época. Puede que la apariencia de Emma pueda resultar un tanto insustancial, pero en su seno se esconde una vena sibilina muy sofisticada que consigue convertir el cupcake en manzana envenenada, de forma que tras una capa de merengue descubrimos la verdadera naturaleza de las cosas, de cómo la élite social se aprovecha de la vulnerabilidad de las clases más necesitadas y de cómo el esnobismo se reviste de mezquindad.