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"El Diego y La Claudia": un amor consagrado en la adolescencia

Detrás de la Escuela Mecánica de la Armada, Diego Maradona y Claudia Villafañe sellaban su amor por primera vez.

25/11/2020

La historia de amor entre Diego Maradona y Claudia Villafañe fue una historia que comenzó desde la adolescencia en las calles de villa Fiorito, ellos sellaron su amor siendo adolescentes, en un auto viejo estacionado detrás de la Escuela Mecánica de la Armada. Diego Armando Maradona llevó una botella de sidra y un anillo barato para pedirle a Claudia Villafañe que fuera su novia. Entonces, él ya deslumbraba en Argentino Juniors.

En el libro Yo soy el Diego, de Daniel Arcucci y Ernesto Cherquis Bialo, Diego contó: “Ya estaba instalado definitivamente en la casita de la calle Argerich, con toda mi familia. Era una típica casa de barrio, propiedad horizontal. Nosotros vivíamos al fondo y adelante estaba la familia Villafañe: don Coco, taxista y fanático de Argentinos, doña Pochi, ama de casa, y la Claudia. Creo que nos empezamos a mirar desde el primer día, cuando me instalé ahí, en octubre del ’76”. Se animó a hablarle unos meses después y un día, el 28 de junio de 1977, en un baile del Social y Deportivo Parque. “Los dos sabíamos que nos espiábamos, así que apenas la ‘cabecié’, aceptó. Justo, justo en el momento en que empezamos a bailar, ni nos habíamos saludado todavía, meten el tema ‘Yo te propongo’, de Roberto Carlos. ¡Espectacular! Me ahorró todas las palabras, que justamente no me sobraban. A partir de ahí, de ese momento exacto, somos El Diego y La Claudia”.

Casamiento en el Luna Park. Casamiento en el Luna Park.

Primero pasaron por el Registro Civil. En medio de una maraña de periodistas y curiosos, Claudia lució un vestido negro y una capelina del mismo color, y Diego, un traje con camisa a rayas. Esa noche se casaron en la Basílica del Santísimo Sacramento. Diego entró del brazo de doña Tota con el Himno a la Alegría y luego entró Claudia, acompañada por su padre y con un vestido bordado en perlas, mostacillas y canutillos, confeccionado con 30 metros de organiza comprada en Ginebra, ocho de encaje chantilly de Lyon, 30 metros de satén adquiridos en Italia.

Fueron al Luna Park a bordo de un Dodge Phantom 1937 descapotable, que conducía Giorgio, entonces portero de New York City, una de las discotecas más exclusivas de la época, y la preferida de Maradona. Decorado por el escenógrafo del momento Miguel Ernesto Caldentey, el estadio se transformó en un gigante salón de fiestas con una tarima en el medio de la pista, elevada a 8 metros del piso en la que los novios bailaron el vals. Hubo 1200 invitados repartidos en 100 mesas redondas. La pantalla gigante se tapó con acrílicos y se colgó una araña de seis metros de alto que llevaba 12 mil focos.

Fue una noche que marcó esa unión que fue una de las más importantes para Diego, que lo ayudó y acompañó en esta carrera que emprendió. Hoy el presente es distinto, pero sin embargo, esa boda de "El Diego y La Claudia" marcó un camino en la vida del "10", al cual hoy el mundo llora.

Fuente: TN noticias.