Maradona tuvo una influencia decisiva a la hora de reconstruir al plantel. Las negociaciones “cara a cara” con los jugadores que había elegido.
La temporada 1984/85, la primera de Diego Armando Maradona como futbolista del Napoli, había finalizado con el equipo en la octava posición. Un puesto decoroso teniendo en cuenta el mal arranque en la primera ronda. El Diez sabía que para cumplir su sueño de ganar el Scudetto, el club, acostumbrado a pelear por evitar el descenso, debía hacer el esfuerzo de empezar a incorporar jugadores para formar un plantel competitivo que peleara contra los poderosos Juventus, Milan, Inter, Roma, Lazio y Verona. Por eso, para su segundo año, Maradona le entregó un par de nombres al presidente Corrado Ferlaino. Había que traer un arquero, un zaguero central y un segunda punta. Pero el argentino no se quedó sólo con el pedido. También decidió actuar como negociador.
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La historia, relatada por el propio Diego, cuenta que apenas comenzó su aventura en el club napolitano se dio cuenta de que no iba a conformarse con terminar en la mitad de la tabla. Pero su deseo chocaba con la realidad: no había plantel para aspirar a mucho más. Entonces, durante la primera ronda de aquel primer campeonato, y dispuesto a aportar para la causa, comenzó a seguir el torneo con atención viendo la RAI. "Me veía casi todos los partidos de la Serie A e iba anotando los jugadores que me gustaban y que el club podía llegar a hacer el esfuerzo económico como para traer". Claro, en ese momento, Juventus tenía a Platini; Inter contaba con Rummenigge y Passarella; en la Roma estaba el polaco Boniek y los brasileños Falcao y Toninho Cerezo; en Udinese jugaba Zico; en el Verona, Briegel y Elkjaer-Larsen, en el Milan ya empezaban a destacarse Baresi y Maldini...
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En esos tantos partidos, Diego observó con atención a un futbolista de la Lazio: Bruno Giordano. ¿Cuál fue la estrategia de Maradona? Convencerlo cara a cara. ¿Cuándo? ¡En pleno partido! Diego esperó que el Napoli enfrentara a la Lazio en la segunda ronda del campeonato. Y acá viene su relato: "Ese día le insistí durante todo el partido. Cuando había un corner para la Lazio, yo bajaba rápido al área, me acercaba y le decía: 'Bruno, tenés que venir al Napoli'. El me contestaba: 'Estás loco, Diego, me matan si me voy de acá'. Seguía el partido... Otro corner o tiro libre en que se detenía un rato el juego y yo me acercaba y le decía: 'decime cuánto ganás que yo le digo a Ferlaino que te ofrezca un contrato mejor'. Y Bruno me seguía diciendo que estaba loco....". La cuestión es que tanto le insistió, diciéndole que en el Napoli iban a ser campeones, que la negociación se la dejó servida en bandeja a Ferlaino, quien meses más tarde cerró la operación. Giordano se incorporó al Napoli para la temporada 85/86 y el Diez acertó con su ojo clínico: se llevaron de maravillas dentro de la cancha y el equipo terminó tercero. Ya el Scudetto estaba más cerca...
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Algo parecido sucedió con Alessandro Renica. En el análisis del equipo que había hecho Diego, faltaba un central de jerarquía. Renica era titular en el fondo de la Sampdoria. Y ahí, en la segunda ronda de la temporada 84/85, reapareció Maradona en su rol de negociador. Habló con Renica en pleno partido, cuando fue el sorteo de los capitanes y en cada pelota parada. La misma táctica que utilizó con Giordano: "en Napoli vas a ser ídolo", "vamos a salir campeones con vos" y "¿cuánto ganás que en el Napoli vas a cobrar mejor?". En ese tercer puesto final que significó la histórica clasificación a la Copa de la UEFA, Renica comenzó a convertirse en una pieza clave del equipo.
Además, el club trajo a Claudio Garella, arquero nada menos que del Verona campeón de la 84/85. La temporada 85/86 dejó buenas sensaciones y Maradona se fue con la Selección Argentina a disputar el Mundial de México consciente de que el Napoli ya estaba preparado para pelearle el Scudetto a los más poderosos.
A su retorno de México, como campeón mundial y consagrado ya como el mejor futbolista del mundo, notó que al equipo le faltaba un volante y un 9. Atento a sus pedidos, el club decidió incorporar a Fernando Di Napoli y Andrea Carnevale, provenientes del Avellino y Udinese, respectivamente, además de Francesco Romano, del Triestina. En esa temporada 86/87, la del ansiado título, Carnevale fue el segundo goleador del equipo detrás de Diego. De yapa, ese año el Napoli también levantó la Coppa Italia. Solamente la Juventus y el Torino, en toda la historia profesional del fútbol italiano, habían sido capaces de hacer doblete.
Para el año siguiente, algo similar ocurrió con Antonio Careca. El Napoli, campeón de Italia, iba a jugar la Copa de Campeones (hoy Champions League) por primera vez en su historia y faltaba mayor peso ofensivo. Diego habló con Ferlaino y le pidió un nombre: Careca. Luego de comenzadas las negociaciones, el presi llamó a Maradona y le comunicó que era imposible. "Careca está negociando para ir al Real Madrid". Acto seguido, Diego pidió el contacto telefónico del brasileño y se comunicó con él. "Le dije que viniera a Italia para salir campeón. Que acá iba a ser ídolo y que en el Real Madrid ya había muchos buenos jugadores y la iba a tener que pelear". Lo convenció. El propio Careca contó muchas veces esa historia. De cómo Diego le hizo cambiar de idea. Juntos conquistaron tres títulos: la Copa UEFA, la Coppa Italia y el Scudetto 89/90.
Imposible decirle que no a Maradona, clave en aquellos títulos del Napoli tanto dentro como fuera de la cancha.
Fuente: ole.com