El cuerpo humano es una sinfonía de sonidos, aunque muchos de estos ruidos son inofensivos, por lo general resultan incómodos o desagradables.
El cuerpo humano es una sinfonía de sonidos: el estómago gruñe, el intestino expulsa gases, se producen eructos, estornudos, tos e incluso crujidos en las articulaciones. Aunque muchos de estos ruidos son inofensivos, por lo general resultan incómodos o desagradables.
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Imme Vogelsang, experta en ceremonial de Hamburgo, comenta: “Por respeto a quienes nos rodean, siempre se debe intentar evitar o reducir estos ruidos, aunque rara vez se mencionan o disculpan”.
Donde más sonidos se generan es en el sistema digestivo por la combinación de aire y líquidos que hay en el estómago y el intestino. Uno de los sonidos más comunes, los borborigmos, ocurre cuando tenemos hambre y el estómago desplaza aire en lugar de alimentos. Según Manuel Manzano, doctor en Microbiología de los Alimentos, “el sistema nervioso del tubo digestivo manda la orden de segregar jugos gástricos, preparando al cuerpo para la digestión”. Al mezclarse estos jugos con la saliva en el estómago, se generan movimientos de gases y líquidos en los intestinos, dando lugar a los característicos sonidos de las tripas. Si bien los borborigmos suelen asociarse con el hambre, pueden ocurrir en cualquier momento debido al continuo funcionamiento del aparato digestivo.
Marta Guzmán, dietista-nutricionista especializada en patologías digestivas, explica en detalle que cuando sentimos hambre, el cerebro envía señales al estómago, provocando contracciones en los intestinos. Esto produce los borborigmos, una señal fisiológica de que necesitamos comer. Guzmán aclara que este tipo de hambre es diferente al deseo de comer por aburrimiento o ansiedad.
Los expertos acercan estas sugerencias para evitar la aparición de borborigmos.
Marcos Carrasco, dietista-nutricionista del Hospital Clínic de Barcelona, señala que muchos de los ruidos intestinales son normales y reflejan un sistema digestivo en funcionamiento.
Sin embargo, los profesionales médicos entrenados pueden interpretar estos sonidos y determinar de qué parte del sistema digestivo provienen. Carrasco explica que, si los ruidos se presentan junto con síntomas como vómitos, náuseas, diarrea, estreñimiento prolongado o sangrado, es importante consultar a un médico. Mediante una correcta exploración abdominal, los especialistas pueden identificar posibles problemas y determinar si es necesario un tratamiento.